Mi jefe dice...

Vuelven los reporteros dicharacheros

En aquellos ya lejanos días en que Dominique Strauss-kahn fue detenido en Washington por haber cometido un presunto delito de agresión sexual, mi jefe echaba de menos a los aguerridos reporteros del ‘New York Times’ y el ‘Washington Post’.

Ya saben, esos tipos siempre preparados con la libreta afilada y el puro en la boca, que hablan con el chino de la lavandería del hotel y paran las máquinas. Su completa ausencia del típico escenario ‘hollywoodiense’ que constituyó, la detención de un hombre que estaba a punto de competir, con posibilidades, por la presidencia de Francia, era, cuando menos, muy rara.

Y, mucho tiempo después, los aguerridos reporteros estadounidenses han hecho el trabajo que de ellos se esperaba. Han hablado con la secretaría del fiscal y se han hecho con unos papeles que demuestran que no hay caso.

Que hubo sexo, pero que no hay pruebas concluyentes de la presunta agresión. Parece que, Strauss Kahn va a salir libre pronto y que no acepta, siquiera, un pacto por el que se declararía culpable de la comisión de una falta. Seguro que él también se alegra de que aún haya reporteros dicharacheros.

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