Esta semana se han hecho oficiales los candidatos dispuestos a competir en las primarias del Partido Socialistas Francés para convertirse en el rival de Nicolas Sarkozy en las próximas elecciones presidenciales. En la terna no estaba quién hasta hace un par de meses era el máximo favorito de los votantes galos, según apuntaban todas las encuestas.
Era sí, Dominique Strauss-Kahn, el mismo tipo que esta misma semana ha visto como una compatriota suya, Christine Lagarde, por cierto ministra del actual Gobierno, le sustituía en el cargo de director gerente del FMI. El denostado ex candidato potencial y ex alto cargo del gran organismo prestamista supranacional dejó la carrera y el puesto tras ser acusado de una presunta violación a una empleada de hotel. El viernes, un prestigioso diario neoyorquino aseguraba que la fiscalía que impulsó la detención del político francés se encontraba ahora, de repente, con que las pruebas de las que disponen no son suficientes para sustentar un caso contra el presunto violador.
