Opinión

Austeridad, para ellos

La austeridad que impone la crisis está bien para… ellos. Que se aprieten el cinturón, que las cosas están mal, por supuesto los demás. Así lo entienden muchos alcaldes y concejales surgidos de las urnas del 22 de mayo. Hay que restringir gastos, se congelarán proyectos y propugnarán quitas a los acreedores, pero bajarse los propios sueldos, ¡hombre, si ya eran bajísimos!

Algún regidor lo ha hecho, por supuesto, y alguna Corporación lo ha propugnado, pero pocos. La mayoría ha asumido lo que había, que en la mayor parte de los casos venía de los tiempos de abundancia y tampoco estaba tan mal. Y muchos, ahí está la cosa, el motivo para el cabreo hablando mal y pronto, pues lo han aumentado. Se lo han aumentado, vamos. Todos tienen para ello coartada, disculpa o argumento. Que si hacía un sinfín de años que los sueldos no se modificaban, que si la inflación o en los municipios vecinos los colegas cobran más, en fin que si tal que si cual. Y, no es por nada, los que menos rigurosos se han mostrado con las consignas de su partido son los del PP.

Rajoy anticipa que su Gobierno reducirá gastos pero entre tanto, sus munícipes no se han dado por enterados, no vaya a ser que en una de estas vuelva a perder las generales y lo que han hecho ha sido aumentarlos. El nuevo alcalde de La Coruña, Carlos Negreira, por ejemplo, se colocó en los 72.000 euros al año, más que el propio presidente de la Comunidad Autónoma, Núñez Feijóo. El récord de subidas salariales, cuenta “Público”, lo ha logrado la Corporación de Fuengirola y sobre todo su alcaldesa, Esperanza Oña, con aumentos que oscilan entre el 20 y el 60 por ciento lo cual con lo que está cayendo tal pareciera que no es de este mundo.

Pero lo es y la lista de Ayuntamientos que lejos de economizar han arrancado tirando de largo con la pólvora ajena es amplia y, de temer es, aún se estirará según sus alcaldes y concejales vayan entrando en materia.

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