A mi jefe todas estas maniobras que implican a los líderes de la UE, sean quienes sean, el presidente del BCE, los gestores del Deustche Bank y las agencias de ‘rating’ en el asunto griego no le resultan fáciles de entender.
Sobre todo el galimatías que hay sobre la mesa, para decidir si hay suspensión de pagos, si es selectiva, si el impago restringido, si somos voluntarios o nos han reclutado por la fuerza. Ante semejante aluvión de definiciones y palabrería jurídico financiera, para mi jefe, lo único seguro es que la historia no es como nos la están contando. O por lo menos no del todo. Algo habrá, será importante y no puede tener sólo relación con la deuda soberana griega, asegura.
Y quizá lleve razón. A pesar de que los griegos mucha culpa no tendrán de esto, el hecho de que Atenas hiciera trampas en las cuentas con la ayuda de Goldman Sachs ya enciende algunas alarmas entre los partidarios de las teorías de la conspiración. Más aún ahora que corren por los blogs algunas noticias, seguramente infundadas, en las que se asegura que hay un gran banco europeo que, si esto es una suspensión de pagos, pierde 25.0000 millones. Cosas de los cds.
