Mi jefe dice...

Nos vamos a divertir

Mi jefe hoy no está para mucho ruido, quizá tenga que ver con el fin de semana o vayan ustedes a saber. O también puede ser la cautela del que comienza a ver movimientos inquietantes en los mercados, palpables pero no demasiado evidentes.

Para muestra un botón: en Grecia han tenido bronca interna que ha salpicado a los emisarios de Bruselas que negocian el rescate financiero, y a 5.000 kilómetros de distancia -es decir: aquí en España- la prima de riesgo se ha disparado hasta alcanzar de nuevo los 300 puntos en consecuencia.

Por eso, de lo poco que mi jefe me ha dicho hoy, me gustaría destacar su resignación a la hora de anunciar diversión en poco tiempo. Diversión porque está impaciente por ver qué sucederá cuando el ataque de los especuladores vuelva a coger la fuerza a la que nos tienen acostumbrados. Solo que ahora hay un nuevo factor sobre el terreno de juego: el déficit constitucional. Para muchos ese es el camino para evitar la incertidumbre. Mi jefe, sin embargo, no lo tiene tan claro.

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