Mi jefe dice...

Algunos sólo gritan cada cuatro años

Con la resaca electoral bien reciente se escuchan voces -sobre todo procedentes de partidos que han intentado acaparar una representación a escala nacional- que critican la actual Ley Electoral. Que cómo es posible que partidos con más de un millón sobrado de votos tengan menos escaños que otras formaciones políticas de carácter regional. Dicen.

Preguntado mi jefe por esta cuestión -hoy tocaba preguntar por el 20-N de una u otra forma, claro-, lo primero que ha querido dejar claro es que los que más gritan ahora (y que sólo parecen querer gritar cada cuatro años, me ha recordado) son los que tienen en su mano la capacidad de utilizar el aparato político para sacar adelante una reforma de la normativa.

Una normativa que tiene su razón de ser, explicaba al otro lado del teléfono el que me paga. Porque la aprobaron en su día los padres de la Constitución para evitar que los gobiernos multipartido (formados por cinco, seis, siete u ocho grupo de siglas políticas diferentes) impidiesen la creación de un Gobierno estable y mayoritario. Que es lo que sucede, por ejemplo, en Italia.

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