España paga ya más intereses que Grecia para financiarse. Un espeluznante titular de portada para el que mi jefe no tiene explicación. O mejor dicho, se lo explica perfectamente. Se trata, según él, de que ese eufemismo que llamamos mercados, es lo que es. La acumulación de un grupo de especuladores financieros a la caza de pasta.
Sin acritud. Trabajan en éso. Y hoy, por lo que sea, han aprovechado para pegarle un arreón a la deuda española y llevárse un interés espectacular a corto plazo que ya lo querría cualquiera para si. No hay pues razones objetivas.
Eso sí. Si se quiere solucionar, se soluciona rápido. Dice este ‘lumbreras’. Opina que hacen lo que hacen y lo seguirán haciendo, mientras no haya una fuerza coordinada internacional dispuesta a meter en cintura a tanto forajido como especula por ahí.
Contra estos mercados, pues, política. Y mercado. Pero mercado regulado. No mercado persa. Mercado Sin trampas, con conocimiento de la identidad de quienes participan, de las operaciones que hacen y de sus plazos. Lo que viene a ser la transparencia. También dice mi jefe que habrá más sustos antes de que acabe la semana.
Y, ¿contra quién van a ir estos desaprensivos? Pues contra quien sea. Pongan el nombre que más le guste sobre la línea de puntos. Otra vez España o Francia o Bélgica. O la deuda privada de algún banco en apuros. ¿Alemán? El mismo Deutsche Bank puede estar en el punto de mira.
