Se habló mucho de la frialdad calculada de Aznar para medir los tiempos pero hay que reconocer en Rajoy a un gran escenógrafo. Ayer nos tuvo pendiente de su “lotería” adelantada en la que iban cayendo nombres y carteras salidos del bombo de La Moncloa, (y ni una sola filtración).
Así que acabada la transición de las carteras y el canto de los Niños de San Ildefonso nos queda la resaca de los sorteos y ese vacío que da la nostalgia de los sueños incumplidos. El que más, y el que menos, se imaginó con una cartera o con un premio. A González Pons le dejaron fuera en el sorteo, y a Moragas, y a Gustavo de Arístegui, y así hasta una lista de “marines” que se batieron el cobre por Rajoy pero que luego no han desfilado por las calles de París. Ya lo dijo González Pons: “los que desembarcan en Normandía no hacen el desfile por las calles de París”.
Podemos decir que hemos vivido el último sorteo del año en un mes que tuvo el último puente del año porque, a partir de ahora, todo serán recortes, sustos y soponcios económicos. El gobierno que ha hecho Rajoy es para tomar medidas, se aleja bastante del concepto de gobierno “contemplativo” que tenía Zapatero, sólo con mirar sus caras el último día te dabas cuenta de que en los bancos azules había más recogimiento que un convento de carmelitas descalzas. Hasta a Zapatero se le había puesto cara de extra en “El Entierro del conde de Orgaz”.
Rajoy anunció el gabinete pero no admitió preguntas porque le gusta controlar la escena y el suspense. En adelante algunas cosas que vamos a presenciar se entenderán mejor si ponemos la televisión en blanco y negro, y aun así nos sorprenderemos.
