Mi jefe dice...

Los desayunos de los gobernantes

Nuestros nietos, algún día, y si tenemos un poquito de buena suerte, correrán a las hemerotecas que ilustren los años de la crisis del euro como si fuese el plan de sábado más estupendo del mundo. Por las risas que se iban a echar, digo.

Ahora resulta que Bruselas dice que no envió ninguna carta al Ministerio de Economía trasladando su preocupación por las iniciativas de algunos gobiernos regionales (léase Andalucía) sobre expropiaciones temporales de pisos a la banca, desalojos o el establecimiento de sanciones a las casas vacías. Por el contrario, desde la Comisión Europea han dicho este lunes que, directamente, no existió dicha carta.

Lo primero que le hemos preguntado a mi jefe ha surgido de un escepticismo que llevamos, los redactores de este periódico, forjando en los últimos tres años: ¿a quién creer? Háganse cargo: es tristísimo tener dos grupos de gobernantes decidiendo tu futuro y no saber cuál de los dos miente más.

Mi jefe ha contestado con su lógica habitual. La cuestión, para él, no es a quién creer. La pregunta que hay que hacerse es qué desayunan estos tíos. Todos. Los de Bruselas y los de La Moncloa. Porque es complicado ser tan caradura. Tiene que ser otra cosa.

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