Opinión

Libros chivatos

Atención, queridos alumnos, mayormente universitarios. Siento anticiparos, porque el trabajo del periodista está mayormente para joder al personal con malas noticias, que la impunidad en las aulas está llegando al final. La informática avanza que es una barbaridad y en algunos centros de enseñanza de los Estados Unidos se está probando una aplicación incorporada a los textos que permite a los profesores saber al dedillo si el estudiante ha abierto el libro de la asignatura, si lo ha leído entero o se ha saltado alguna página, si ha subrayado datos importantes o incluso si ha tomado notas.

De momento no caben trampas, sospecho que todo se andará cuando los más avispados con el ordenador consigan incorporar algún truquito al disco duro para distraer al CourseSmart, porque así se llama el aparatejo que tanto empieza a inquietar a sus espiados potenciales. Copiar en los exámenes dejará de ser una alternativa furtiva porque ya los profesores sabrán quien se empolló la asignatura y quien prefirió sustituirla por unas noches de discoteca. Y lo sabrán antes incluso de leer la rendición de conocimientos. Los profesores que ya lo han probado, están encantados con él.

El CourseSmart va a facilitarles mucho su labor y ayudarles al final del curso a juzgar el trabajo de los alumnos sin miedo a haber sido engañados. No lo están tanto los estudiantes que ya conocen el siniestro invento que las nuevas tecnologías han creado para espiarles. Estudiar es duro y evitarlo va a ser imposible salvo que previamente se haya optado por vivir bajo un puente, algo que en los Estados Unidos es bastante frecuente y está aceptado como una alternativa despreocupada de grandes problemas, una alternativa andrajosa y maloliente que no permite lujos pero sí vivir a la intemperie encogido de hombros mientras Dios proporcione salud.

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