El exdirector de El Mundo vuelve al centro de la polémica tras la publicación de un artículo suyo en The New York Times. En torno a Pedro J. Ramírez pasan cosas muy raras. La última ha sido su artículo de opinión publicado por el diario The New York Times que el propio periodista riojano se ha preocupado de desmentir. Imaginen el cachondeo: el exdirector del diario El Mundo explicando a la parroquia tuitera que su artículo ha sido manipulado por los neoyorquinos y que han pedido que lo retiren. Esto a las nueve y cuarto de la mañana. Estas líneas se escriben ocho horas después de cursarse la presunta exigencia y el artículo sigue perfectamente disponible. Como digo: es todo muy raro.
Y mi jefe coincide conmigo. Primero, es raro que el periódico estadounidense más conocido del mundo y que goza de gran prestigio internacional vaya a manipular un artículo de opinión. Y segundo, es raro que el periódico estadounidense más conocido del mundo y que goza de gran prestigio internacional vaya a hacer caso omiso de la petición de uno de sus autores de retirar su propia opinión del medio.
Pero es que, conforme van pasando los días, todo en torno al despido de Pedro J. Ramírez es, como digo, raro. Por ejemplo, él va a seguir escribiendo en El Mundo, con lo cual se deduce que es un despido a medias. Además, dicen que se va a llevar varios milloncejos por su buen comportamiento, lo cual siempre añade sal y pimienta a la teoría de la conspiración. Y por último, el periódico ahora pasa a liderarlo su segundo (de plena confianza, en principio) mientras que el consejero delegado que tiene que dar la cara por los números rojos mantiene la silla. Raro, raro, raro.
