Opinión

Leyes, reglamentos e ingeniería financiera

El pasado domingo, el presidente de la Reserva Federal de EEUU (Fed), Ben Bernanke, aprovechó el discurso que pronunciaba en la inauguración de una conferencia sobre la inversión en Asia que tenía lugar en la ciudad californiana de Santa Mónica, para lanzar una encendida soflama sobre la necesidad de aumentar la supervisión y el control de los mercados financieros y de establecer reglas comunes para los productos derivados que siguen fuera de control. Ayer era Héctor Sant, de la FSA, quien se sumaba a esta campaña.

Todas estas buenas intenciones chocan, sin embargo, con una realidad que muestra justamente el aspecto contrario. Tal y como quedó patente la semana pasada con la propuesta de Ley sobre productos híbridos que se aprobó en el Comité de Servicios Financieros del Congreso de EEUU, la voluntad política de las autoridades para entrar con decisión en el asunto es cuanto menos dudosa. De nada vale que los enunciados de las reformas sean duros y contundentes si, después, se usan los reglamentos para desmontar la legislación.

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