Lácteos vegetales

Veganos denuncian la censura de las alternativas vegetales por parte de la Unión Europea

Proveg cree que la enmienda 171 que hará más complicado que los consumidores opten por dietas más vegetales

Leche
Leche

Proveg es una de las asociaciones veganas que se han sumado a una campaña en contra de la enmienda 171 de la Unión Europea. Esta propuesta no permitiría ninguna evocación a los productos lácteos en los envases de los lácteos de origen vegetal, eliminando términos de los envases como “cremoso” o “alternativa vegetal al yogur”. La directora de Proveg en España, Cristina Rodrigo, responde a nuestras preguntas sobre esta medida del Parlamento Europeo.

Ya están prohibidos términos como “leche de soja”, ¿desde cuándo sucede esto?

En 2017 el Tribunal de Justicia de la Unión Europea prohibió de manera explícita utilizar la palabra leche para comercializar las leches vegetales, salvo algunas excepciones dependiendo del país. Desde entonces, es obligatorio por ley comercializarlas como bebida de soja, avena o avellana. Lo mismo ocurre con las alternativas vegetales al yogur, la nata o al queso.

¿Cuándo ha comenzado la campaña de la 171? ¿Cuándo se votará?

Comenzamos la campaña contra la enmienda 165 -alternativas vegetales a la carne- y la 171 -alternativas vegetales a los lácteos- en octubre del año pasado. La enmienda 165 no fue aprobada en las votaciones del Parlamento Europeo, pero la 171 sí fue aprobada. Ahora es necesario evitar que la aprobación de esta enmienda se ratifique por la Unión Europea durante los diálogos entre Parlamento, Comisión y Consejo Europeo. Por eso hemos lanzado otra campaña centrándola en la 171, para evitar que sea aprobada y que se convierta en la nueva norma. Desde ese día hemos conseguido más de 140.000 firmas.

¿Cómo valoráis que afectaría a los consumidores de salir adelante?

La censura que pretenden imponer a las alternativas vegetales tendría un impacto muy negativo en los consumidores. Podría poner trabas a que opten por dietas más vegetales, lo cual está totalmente en contra de la estrategia alimentaria europea, «De la granja a la mesa», que justamente defiende la necesidad de dirigirnos hacia una alimentación más plant-based.

Los consumidores y consumidoras no necesitan esta censura porque no están confundidos. Así lo demuestra la encuesta que realizamos a 3000 personas desde ProVeg, Heura, Upfield y Oatly. En este informe se refleja que más del 90 % de las personas entienden la diferencia entre leche animal y la vegetal. Además, el 97 % entiende que la leche de soja es de origen vegetal y no animal, y más del 70 % saben que no tiene las mismas propiedades nutricionales que la leche animal.

¿Consideráis que hay intereses de grandes empresas detrás de esta enmienda?

Si no se ha hecho pensando en los consumidores, sobre los que tendría un impacto negativo como hemos visto, ni tampoco en el planeta, ya que va en contra de las directrices europeas sobre sostenibilidad, no es descabellado pensar que se ha hecho para defender ciertos intereses económicos. El lobby lácteo conservador parece ser el gran beneficiado de la narrativa actual y de la creencia de que esta enmienda 171 solo ratifica las reglas ya existentes desde 2017. Pero no es el caso, la enmienda 171 no refleja la normativa vigente.

Ya no se trata de proteger a los lácteos y restringir las alternativas vegetales, se trata de una auténtica censura. Afortunadamente hay empresas, tanto del sector lácteo como cárnico, que están dispuestas a adaptarse a las necesidades de los consumidores, que demandan alternativas más sostenibles y éticas.

He leído que creéis que la enmienda 171 prohibiría mostrar el impacto climático de los productos. ¿Qué supondría para los usuarios?

Esta es una de las cosas que prohibiría la Unión Europea si se aprobara la enmienda 171. Los consumidores no tendrían derecho a saber que el producto vegetal que escogen tiene menor impacto medioambiental que los productos de origen animal, entre otras cosas.

Estaría dificultando la transición hacia dietas más sostenibles, contradiciendo lo que recoge la propia estrategia europea “De la granja a la mesa”.

¿Valoráis que se paralizará la enmienda?

Confiamos en que sea posible. Creemos que el Parlamento Europeo no era consciente de las implicaciones de la enmienda 171 y que sencillamente pensaba que era una confirmación de la legislación vigente estipulada por el Tribunal de Justicia en 2017. Pero esta enmienda llevaría las restricciones mucho más lejos, es una censura absoluta de las alternativas vegetales a los lácteos.

¿Qué otras iniciativas de este tipo se están dando o creéis que se darán?

La parte más conservadora de la industria alimentaria siempre querrá mantenerse en el statu quo y frenar el avance de una alimentación más sostenible que pasa ineludiblemente por ser más vegetal y menos dependiente de los productos animales. La parte de la industria más visionaria y comprometida con el planeta y sus habitantes, se adaptará al cambio y formará parte de la transición del sistema alimentario, que es tan importante como la transición energética.

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