Según los datos de Morningstar, cuatro de cada diez sicavs cerraron el año pasado en pérdidas y el 70% de este tipo de vehículos acumula pérdidas en los últimos tres años.
Entre las perjudicadas se encuentran Keblar de Inversiones y Alazán, ambas del multimillonario gallego Amancio Ortega, que despidieron 2010 con pérdidas ligeramente superiores al 2%. Esta será la última vez que las dos sociedades registren números rojos, al menos bajo el régimen jurídico de sicav, ya que el dueño de Inditex, anunció hace poco más de un mes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que modificaría la naturaleza de sus sociedades para convertir a ambas compañías en sociedades anónimas.
Aunque las sicavs siguen manteniendo mayor ventaja fiscal, cada vez son más los grandes patrimonios que abandonan este vehículo de inversión ante las incertidumbres fiscales, entre ellos también se encuentra Esther Koplowitz.
Sólo el año pasado desaparecieron 89 sicavs , con lo que ya son 243 las que han cerrado desde que se inició la crisis. Una cifra que irá en aumento ya que el 14% de estas sociedades incumple una de las reglas: no alcanzan los 2,6 millones de patrimonio mínimo.
