Los inversores han acudido a la cita de hoy con menos apetito que en la última subasta, lo que ha provocado un resultado dispar en la colocación de obligaciones celebrada esta mañana. El Tesoro Público ha conseguido colocar 3.200 millones de euros con vencimiento a 10 y 30 años, en la parte baja del objetivo marcado y que se ha alcanzado con el aumento de los tipos en los papeles a tres décadas.
Las arcas públicas han conseguido colocar entre los inversores un total de 3.219,66 millones de euros en la cita celebrada hoy. Esta cifra se ha quedado en parte baja del rango fijado por el Tesoro, con un tope de 4.000 millones. Aunque se han cumplido los objetivos del organismo, la subasta ha dejado un sabor agridulce en los mercados.
En bonos a diez años se han colocado casi 2.500 millones de euros, aunque se consiguió un ratio de cobertura que duplicaba la cantidad finalmente emitida. Esto ha facilitado que el Tesoro completase su segunda subasta consecutiva con caídas en los tipos de interés ofertados. En concreto, estos papeles se han marcado un tipo marginal del 5,409%, un 1,3% más baratos que el pasado 20 de abril aunque lejos aún de los mínimos del mes de febrero y marzo.
El resto, algo más de 724 millones de euros, ha correspondido a los bonos a 30 años, cuya rentabilidad ha sido un 2% mayor que en la anterior cita del mismo tipo. Estos papeles se han colocado con un 6,002%, lo que supone la vuelta a cotas del año 2000, cuando se alcanzó una cifra récord del 6,28%.
Con los papeles de deuda a 30 años, se ha roto la racha bajista que hace dos días comenzó el Tesoro, aunque los analistas valoran positivamente el resultado global al tener en cuenta la volatilidad de los mercados en los últimos días a consecuencia de la negociación de los rescates a Grecia y Portugal y de la detención del dirigente del FMI en EEUU.
Ante este panorama, el diferencial de los bonos españoles a diez años en el mercado secundario de deuda se mantenía estable en el entorno de los 230 puntos básicos frente al ‘bund’ alemán de referencia (3,14%).
En el resto de periféricos, la distancia con los germanos se mantenía, al cierre de esta edición, estable con respecto al inicio de la sesión. Los papeles lusos marcaban una rentabilidad del 9,24% y un ‘spread’ de 610 puntos. Una distancia que se disparaba hasta los 1.308 puntos en el caso de los bonos senior de Grecia, que ofrecían unos tipos del 16,22%.
