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Wall Street, dispuesto a abrir con normalidad tras el paso de Irene

La Bolsa de Nueva York y los grandes bancos abrirán hoy sus puertas, un día después de que el huracán Irene pasara por la isla de Manhattan sin graves consecuencias. La inusual amenaza del huracán hizo que la ciudad se preparara para lo peor. Las autoridades suspendieron el servicio de metro y autobuses, un ejemplo que siguieron los museos, las cadenas minoristas, los teatros de Broadways, los restaurantes e incluso los salones de belleza. La ciudad quedó prácticamente paralizada.

Pocos preveían un regreso a la normalidad, ya que el transporte público en la ciudad y sus alrededores seguía cerrado ayer por la tarde y algunos barrios cercanos, donde viven muchos de los empleados de estas firmas financieras, sufrían inundaciones.

La preocupación se centró en parte en el distrito financiero, en el sur de Manhattan. Pero después de las llubicas, la tormenta siguió su camino el domingo y causó pocos daños en la isla.
Las acciones y derivados de EEUU que operan desde Manhattan y zonas aledañas, incluyendo la Bolsa de Nueva York, el Nasdaq y los mercados electrónicos de BATS Global Markets y Direct Edge, confirmaron su intención de abrir los mercados con normalidad el lunes.

La decisión se tomó después de que ejecutivos de las bolsas, en contacto con reguladores federales, confirmaran que los sistemas de corretaje estaban intactos y que las instalaciones en general no habían sufrido daños.

Algunas de las mayores firmas financieras de la ciudad, incluidas las operaciones de banca de inversión de Goldman Sachs Group y Citigroup ubicadas en el sur de Manhattan, y JP Morgan, Barclays y Blackrock en el centro de la isla, afirmaran que planeaban abrir hoy. Algunos señalaron que parte de su plantilla trabajaría desde la casa u oficinas de respaldo.

Calcular cuánto le costará el huracán Irene a la economía de EEUU en total, desde tejados hundidos a entradas a espectáculos de Broadway perdidas, llevará su tiempo, pero ya está claro que será mucho menos de lo que se temía. Por ahora, la industria aseguradora cree que la cifra ascenderá a entre 3.000 millones y 5.000 millones de dólares.

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