La buena marcha de los resultados de Iberpapel no parecen suficientes para unos inversores que, movidos por la incertidumbre del mercado, optan por huir de pequeñas cotizadas como la papelera para buscar el pretendido refugio de las grandes del parqué nacional. Un movimiento que ha pasado una cara factura a la cotización de Iberpapel.
Desde sus precio máximo de 17 euros alcanzado el pasado 20 de julio, el grupo papelero se ha dejado un 25,6% de su valor en Bolsa, lo que se traduce en 37,64 millones de euros. Un descenso casi vertical que ha golpeado la tendencia alcista que el valor venía desarrollando desde 2009, según los analistas.
A pesar de que Iberpapel muestra ahora una deuda viva de 6,2 millones de euros frente a los 29,2 millones del cierre del ejercicio pasado con una reducción del 78,8%, su valoración de mercado ha caído un 12,6%, en línea con el Índice General de Madrid. Un descenso que los expertos no justifican a la luz de los últimos resultados de la compañía a junio de este año (con un beneficio un 38% al alza frente a 2010), y de la marcha alcista del precio de la celulosa, un indicador clave para prever la evolución de los negocios de la industria papelera.
Los analistas otorgan actualmente Iberpapel un potencial alcista del 28,6%, hasta los 17,73 euros, lo que la convierte en una apuesta atractiva a medio plazo que los resultados a septiembre tendrán que confirmar. Por el momento, la previsión de beneficios de la compañía se mantiene en 1,56 euros por acción, por encima de los pronósticos menos optimistas.
Hoy mismo, Iberpapel se anotaba otro episodio bajista hasta el último puesto del Continuo en algunos compases de la negociación. Su cotización caía un 4,6%, hasta los 12,65 euros, tras haberse intercambiado un total de 445 títulos por algo más de 5.500 euros, una cifra muy lejos de su media anual de negociación (4.250 títulos) que resultaba de las operaciones de compra de Mercavalor (73,5%) e Inversis (24%) con las ventas de Renta 4 (57%) y GVC Gaesco (42,7%).
