Negocio seguro en la inmobiliaria Martinsa-Fadesa. El presidente de la compañía que ostenta el dudoso honor de haber protagonizado la mayor suspensión de pagos de la historia empresarial española se ha asegurado el cobro de nueve millones de euros de aquí al año 2019 si consigue ir cumpliendo el convenio suscrito con los acreedores de la ‘ladrillera’ hace ahora dos años.
El presidente Fernando Martín se ha asegurado esta cuantiosa partida, siempre y cuando se cumpla este requisito fundamental para la viabilidad de Martinsa-Fadesa, al haber ligado su sueldo a un pago “de carácter extraordinario y único” de 1,5 millones de euros anuales. Ya el pasado 2012, el empresario se embolsó esta cantidad, según figura en el informe de retribuciones de la antigua cotizada. A 31 de diciembre de este año, podría percibir la misma cantidad. En 2016, otras dos anualidades de este sueldo fijo y tres años después, otras tres anualidades de una tacada.
En la memoria remitida por el grupo inmobiliario se recoge que esta forma de pagos busca “salvaguardar la continuidad del grupo a medio y largo plazo”. Y es que, cumplir el calendario y los compromisos con acreedores es fundamental para evitar el desmantelamiento de la compañía. En este sentido, Martinsa-Fadesa también ha requerido permiso de sus accionistas para poder ampliar capital por 200 millones de euros en el plazo de un año si fuera necesario reequilibrar patrimonio. Y es que, de no renovarse la moratoria de 2012 para no liquidar inmobiliarias con patrimonio negativo, la compañía podría volver a incurrir en suspensión de pagos.
En el contrato de Martín, además, figura una retribución de carácter diferido y “extraordinario” equivalente a dos anualidades que únicamente se haría efectiva en caso de fallecimiento o invalidez del empresario antes de haber alcanzado la edad de jubilación.
