Finanzas

Reyal Urbis arrastra al concurso de acreedores a su principal accionista

Reyal Urbis

El concurso de acreedores de Reyal Urbis comienza a contagiarse. Ocho meses después de la cotizada, la firma inversora de Rafael Santamaría ha sucumbido al peso de sus deudas. La abultada quiebra de Reyal Urbis ha arrastrado hacia el mismo fatídico destino para su mayor accionista. Inversiones Globales Inveryal, la sociedad a través de la cual su presidente Rafael Santamaría controlaba más de un 70% de la cotizada, ha caído bajo el peso del que sigue siendo el segundo mayor concurso de acreedores de la historia empresarial española ocho meses después de que lo hiciera su participada.

Como en el caso de Reyal, Santamaría y su equipo directivo conservarán sus facultades de administración y disposición al tratarse de un concurso voluntario. Antes bien, señala el comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ambas quedan sometidas “a la intervención de la administración concursal mediante autorización o conformidad”. La decisión del juez, que quedó reflejada en un auto fechado el pasado 26 de noviembre, ha sido notificada a la propia compañía y al mercado este jueves.

El detonante de este concurso ha sido el embargo que pesa sobre cinco millones de euros de las cuentas de Reyal para pagar cuentas derivadas de pleitos. La solicitud de liquidez adicional a sus acreedores por 30 millones de euros se convirtió hace unos días en la sentencia definitiva sobre el todavía accionista de control de la cotizada. La solicitud ante los juzgados de lo Mercantil para conseguir el amparo judicial frente a las reclamaciones de los acreedores se registró el pasado martes 12 de noviembre.

Inveryal se ha sostenido en pie ocho meses después de que Reyal Urbis se acogiese al concurso voluntario tras varias tentativas infructuosas de refinanciación de deudas. En sus cuentas del tercer trimestre de año, la compañía -apartada de negociación bursátil desde el pasado 18 de febrero- subrayaba que sigue negociando para “alcanzar un acuerdo y firmar a la mayor brevedad un convenio” con sus prestamistas para salir de la suspensión de pagos en que se encuentra.

A cifras de cierre de los nueve primeros meses del año, la inmobiliaria de Rafael Santamaría soportaba un endeudamiento financiero neto de 3.492 millones de euros, un 3% menos que hace un año. Sin embargo, una cifra que aún hoy sigue suponiendo la segunda mayor quiebra de España, sólo por detrás de una compañera de sector: la inmobiliaria Martinsa-Fadesa.

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