Bolsa

Los excesos de la industria ETF ‘made in USA’ en siete ejemplos

Bandera de EEUU

Muchos de los ETF más estrambóticos que existen se han desarrollado en EEUU, cuna y cumbre de la fiebre por estos productos de inversión. La industria de los fondos cotizados, más conocidos como ETF por sus siglas en inglés, ha vivido en los últimos años una expansión desconocida por ningún otro producto de inversión. Solo en EEUU, hay más de 242.000 millones de dólares depositados en estos vehículos que en ocasiones se han desarrollado con estructuras más que cuestionables.
 
El auge del negocio de los ETF ha sido tal que en las grandes Bolsas mundiales existe un buen puñado de ellos para cada tipo o categoría de activos: con estrategias alcistas, bajistas, apalancados, sobre acciones, materias primas, divisas… hasta patrióticos o ecologistas. La eclosión del sector ha dado lugar a un superpoblado universo que ya ha dejado atrás los tiempos de récords de negociación y que comienza a dejar entrever que no siempre son la mejor opción inversora.
 
Muchos de los ETF más estrambóticos que existen se han desarrollado en EEUU, cuna y cumbre de la fiebre por estos productos de inversión. Sin embargo, su rudimentaria estructura de cartera en algunos casos y en otros su escasa utilidad real para batir al mercado ordinario de los activos subyacentes que replica o mejorar los costes que implicaría la inversión directa ha frenado esta reciente pero antigua euforia que queda en evidencia con algunos de estos ejemplos.
 
Uno de ellos, el primero de los siete que repasa MarketWatch, es Spirited Funds/ETFMG Whiskey and Spirits ETF. Más conocido en Wall Street como el ETF del güisqui. Este fondo cotizado de reciente lanzamiento tan solo incluye en su cálculo 20 compañías de la industria del alcohol y la gigante Diageo abarca por sí solo cerca de un cuarto de la cartera total. Una escasa representatividad, por tanto, cuyos costes de gestión no difieren mucho de lo que supondría hacerse con títulos de las grandes de la industria, que son las que marcan el devenir de su cotización.

El segundo de la lista es el fondo cotizado para los más amantes de Nashville, la capital del Estado de Tennessee. El Nashville Area ETF invierte solo en compañías radicadas en el área de influencia de esta ciudad estadounidense, si bien su negocio tenga luego poco que ver con la evolución de la economía local, como ocurre con Acadia Healthcare. Su especificidad fundamentada en criterios más chovinistas que estratégicos hace de este un vehículo poco frecuentado y, por tanto, poco líquido.

Un fondo dirigido a inversores principiantes con unas tasas del 1,08% es el First Trust Dorsey Wright International Focus 5 ETF. Su funcionamiento se basa en una cartera repartida únicamente en cinco inversiones diarias que no son otras que los cinco mejores fondos cotizados de First Trust International de cada sesión. Un movimiento inversor que podría ser fácilmente replicado por cualquier inversor minorista que simplemente siguiese las pantallas de cotización de esta casa de gestión.

En el fondo AdvisorShares Global Echo, como en tantos otros que se promocionan bajo la etiqueta de lo sostenible, sus inversiones no parecen ser tan responsables como cabría esperar. En pleno auge de las inversiones con impacto positivo social, este ETF incluye en su cesta de inversión a compañías como Nike y Apple, que en repetidas ocasiones han sido denunciadas por las condiciones de trabajo de algunas de sus fábricas, y la tecnológica Rockwell Atomation, cuyo negocio se basa fundamentalmente en el desarrollo de robots para suplantar el trabajo humano en cadenas de producción industrial.

En un momento en el que los gestores se decantan cada vez más por la selección de valores, las apuestas sectoriales consiguen cada vez menos adeptos. Esto ocurre en fondos de este tipo que, además, concentran su peso en un pequeño elenco de cotizadas. Es el caso de PureFunds Video Game Tech, que mete en la misma cesta de menos de 40 cotizadas a algunas compañías de la industria de videojuegos con un elevado potencial de crecimiento con otras que más bien apuntan a la contracción. Por si fuera poco, este ETF focaliza cerca de un tercio de su capital en apenas cinco cotizadas.

Muy distinto es el caso de los ETF referidos a la volatilidad, que en los últimos tiempos han ganado popularidad a tenor de los bruscos vaivenes del mercado. Sin embargo, muchas veces estos productos se han vendido como inversión directa en volatilidad, cuando no se tratan más que de un producto derivado de inversión sobre un índice derivado de volatilidad basado en cálculos sobre otros índices como el S&P 500 para el caso del reconocido indicador VIX. El portal estadounidense de noticias apunta hacia el VIX Short-Term Futures de iPath como uno de estos casos.

Otro ejemplo de estampida son los fondos apalancados e inversos sobre tendencia del mercado. Los bamboleos de los principales índices internacionales han prevenido a muchos inversores de permanecer en este tipo de vehículos a largo plazo, pues ahora su mejor desempeño es en movimientos de corto plazo a menudo difíciles de conseguir por las carteras de tamaño más modesto. Con unas abultadas tasas de gestión por el riesgo implícito que suponen para sus responsables, la difícil determinación del rumbo de los mercados se ha convertido en su peor enemigo para la captación de nuevos clientes. Entre los más perjudicados por este escenario en Wall Street se encuentra el ETF Ranger Equity Bear.

Más información