Finanzas

El ‘bono-burrito’ que conquista a los empleados de Goldman Sachs

Goldman Sachs

Por si el apetito inversor no era suficiente para colocar una emisión corporativa de deuda, una cadena de comida mexicana de Londres apela ahora al apetito gastronómico para encontrar dueño a sus bonos. Un nuevo producto de inversión quiere conquistar a los trabajadores de las oficinas de Goldman Sachs en Londres. Se trata de los ‘bonos-burrito’ de la cadena de comida mexicana Chilango. A lo largo de los cuatro años de vida que tendrán sus títulos de deuda, sus inversores tendrán derecho a un burrito gratis una vez a la semana.

La caída de los tipos de interés de la deuda soberana anima cada vez a más compañías a buscar financiación en el mercado de bonos. Una de ellas ha sido la cadena londinense de comida mexicana Chilango, con siete restaurantes en la capital británica. Uno de sus más famosos, puerta con puerta con la sede de Goldman Sachs en la City europea por excelencia. Por si el apetito inversor no era suficiente, la firma ha apostado por levantar el apetito gastronómico para conseguir la financiación que necesita para crecer más allá de la ciudad del río Támesis.

Sus bonos a cuatro años ofrecen un cupón del 8% y la posibilidad de degustar uno de sus famosos burritos sin coste alguno una vez al mes. El favorito de los ‘tiburones’ de la banca es el de cerdo, que a 6,99 libras la unidad supone un pago extra en especie de 363 libras por bono si ninguna semana se falta a la cita con uno de los platos más típicos de la comida mexicana. El burrito de pollo no parece tan suculento en términos monetarios, pues se vende una libra más barato que el de carne de porcino.

Cada empleado de Goldman Sachs, o cualquier otro inversor, que quiera hacerse con el apetitoso ‘bono-burrito’ tan sólo tiene que cumplir un requisito: desembolsar las 10.000 libras de valor nominal que tiene cada uno de ellos. Una suma considerable que sólo los banqueros que confíen en la solvencia de Chilango -más allá del saber hacer de sus cocineros- estarán dispuestos a pagar pon unos títulos que en función de los intereses que hoy se ven por el mercado bien podrían englobarse dentro de la arriesgada categoría de ‘bono basura’.

Chilango es una compañía fundada por dos exempleados de Skype: Eric Partaker y Dan Houghton. Su objetivo con los ‘bonos-burrito’ por 12.540 euros al cambio de divisas es “hacer la increíble comida mexicana más accesible a todo el mundo” en Londres, tal y como figura en el sitio web de la compañía. En el folleto de emisión de estos peculiares bonos se explica que la apertura de cada nuevo restaurante viene costando unas 500.000 libras, con lo que con tres millones de esterlinas sería posible casi duplicar el tamaño de la compañía.

El primer objetivo de la compañía es alcanzar el millón de libras de financiación, pero se ha mostrado dispuesta a triplicar la cifra asegurando que su caja fuerte tiene capacidad para ello. Los cupones de los ‘bonos-burrito’, que también pueden suscribirse desde 500 libras aunque sin derecho a almuerzos gratis, se pagarán semestralmente, los 100 primeros suscriptores serán invitados también a una fiesta de lanzamiento.

Por el mero hecho de invertir en sus peculiares papeles de deuda, todos los suscriptores recibirán un bono por dos burritos gratis a consumir con independencia del pago semanal en especie. La parte más negativa es que no se espera que los bonos sean admitidos a negociación en ningún mercado secundario, por lo que las futuras transacciones tendrán que realizarse directamente entre inversores.

Un impedimento que sin embargo no ha sido tal para que dos días después del lanzamiento de los ‘bonos-burrito’ ya se hubieran suscrito papeles por el 32% del objetivo inicial y a la colocación hayan acudido insignes de la industria de la comida rápida como el consejero delegado y director financiero de la cadena de cafeterías Carluccio’s, que antes trabajó como máximo responsable ejecutivo de Domino’s Pizza en Reino Unido.

Más información