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Las participadas de las cajas de ahorro, estancadas en Bolsa ante la incertidumbre del sector

Las compañías participadas por las cajas de ahorro viven en Bolsa un momento difícil ante la incertidumbre del sector. La posible salida de estas entidades del capital de empresas como Ebro Puleva, NH Hoteles, Indra, Pescanova, SOS o Pescanova ha alejado desde que comenzó el año a potenciales inversores del mercado español. Las acciones de Ebro Puleva caen en el año más de un 5% ante la posibilidad de que Caja España y Caja Duero vendan en el mercado su participación.

NH Hoteles también se deja desde enero un 22% por el hecho de que Bancaja e Ibercaja se deshagan de su paquete en la hotelera. Otras compañías afectadas por esta incertidumbre son Indra con caídas del 8,7%, SOS Cuétara con retrocesos en el año del 8,5% y Sol Meliá que se deja desde enero un 5,3%.

Tal y como informó este diario, los estrictos requisitos que la Comisión Europea exige a las cajas de ahorros para poder acceder al FROB, han llevado a las entidades a buscar medidas alternativas, como la venta de sus participadas, para obtener financiación. Así lo han señalado los expertos que no obstante recuerdan que ya desde el inicio de la crisis hace casi dos años las entidades de ahorro comenzaron este camino de desinversiones. No obstante, por el momento “no hay ninguna política concreta” sino que es cada entidad la que sigue su ritmo de acuerdo con las oportunidades que encuentra en el mercado.

Entre las entidades en adelgazar su cartera de participadas se encuentran Caja Duero y Caja España, que recientemente han anunciado la venta de su participación en Ebro Puleva. El consejo de Caja Duero autorizó la venta de su participación en la alimentaria, lo que supondrá una inyección para la entidad de 130 millones de euros, de los que según los cálculos de la entidad castellanoleonesa 40 millones corresponderán a plusvalías. Caja España, con la que Caja Duero ha iniciado negociaciones para fusionarse, también venderá su participación, lo que supondrá unos ingresos por su parte de 108 millones. El mensaje oficial de las entidades es que una vez que Ebro se deshizo de su negocio azucarero (ahora en manos de British Sugar) no tiene sentido continuar presentes en una firma que ya no tiene casi vinculación con Castilla y León. El adelgazamiento de la cartera les permitirá tener que pedir prestado menos dinero al FROB, al que en un primer momento habían previsto solicitar unos 562 millones.

Ebro Puleva encabezó ayer los descensos del Ibex 35, con un retroceso del 4,83%, después de que Caja España y Caja Duero confirmasen que han analizado la posibilidad de vender su participación en el grupo, de un 5,16% y un 6,15%, respectivamente. Una desinversión que ambas condicionaron a que se den las adecuadas circunstancias de mercado.

Las cajas sacrificaron en el cuarto trimestre del año sus beneficios, entrando en casi un tercio de los casos en números rojos, con el objetivo de blindarse ante 2010. Gracias a ello, las entidades comienzan el año con una cobertura superior a la de los bancos.

Las fuertes dotaciones, en muchos casos voluntarias, explican que 14 cajas de ahorros, aproximadamente un tercio del total, registrase números rojos en el cuarto trimestre. El ejemplo más claro es Caja Madrid. La entidad ahora presidida por Rodrigo Rato presentaba al cierre de 2009 una de las tasas de morosidad más altas del sector, 5,4%, por lo que realizó dotaciones voluntarias por valor de 300 millones de euros. Así, la entidad, que ganaba a septiembre 622 millones de euros, cerró el año con unas ganancias de 265 millones, lo que se traduce en unos números rojos en el último parcial del año de 357 millones. Unicaja también presentó pérdidas en el cuarto trimestre tras realizar una dotación preventiva por su fusión con Cajasur.

La entidad malagueña perdió unos 30 millones de euros, con lo que su beneficio del año fue de 209 millones. Cajasur también podría haber entrado en negativo. En el conjunto de 2009, las cajas lograron un beneficio atribuido de 4.426 millones de euros, un 34,2% menos que en 2008, tras destinar 10.000 millones a dotar provisiones. Además, se destinaron otros 3.000 millones para cubrir el deterioro de los activos inmobiliarios que permanecen en el balance de las cajas. Este sacrificio ha provocado que a pesar de que la tasa de morosidad de las cajas de ahorros era al cierre de 2009 ligeramente más alta que la de los bancos (5,05% frente a 5,02%), las cajas están más cubiertas que sus competidores de cara a los impagos por primera vez desde que estalló la crisis en España.

Los esfuerzos por realizar dotaciones de carácter preventivo se han reflejado en una tasa de cobertura de las cajas de un 56,6%, un punto porcentual por encima de la de los bancos, en el 55,5%. Estas cifras incluyen el crédito a administraciones públicas, es decir, el total de los préstamos otorgados por las entidades. En valores absolutos, la cobertura para cubrir el crédito moroso del conjunto del sistema financiero asciende a 54.701 millones. De ellos, 22.853 millones corresponden a los bancos y 25.618 a las cajas. En 2007, antes de que estallase la crisis en España esta cobertura era del 212,9% para las entidades de ahorro y del 235,9% para los bancos.

En un primer momento de la crisis, las cajas se vieron más afectadas por los impagos debido a que en España entró en los segmentos en que las cajas eran líderes, especialmente en el sector inmobiliario. No obstante, conforme se ha extendido a otros sectores productivos, la cifra fue igualándose. Así, la cobertura cayó hasta el 61,1% al cierre de 2008, frente al 78,8% de los bancos, para que ya en 2009 fuese superada.

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