El Banco Central Europeo (BCE) ha optado, como ya pronosticaban los analistas, por mantener los tipos de interés en el 1,5% con el fin de ayudar a la recuperación económica de la Eurozona, seriamente amenazada por las últimas turbulencias de los mercados y el freno en el consumo. Precisamente esta amenaza ha llevado al supervisor europeo a recortar su previsión de crecimiento hasta en tres décimas para este ejercicio 2011.
Las amenazas que se ciernen sobre la actividad económica del Viejo Continente han llevado a los miembros del Consejo del BCE a votar todos a favor de contener los tipos en el 1,5% que alcanzaron tras la última subida del pasado julio. Sin embargo, su presidente, Jean Claude Trichet, ha señalado una vez más que siguen siendo bajos y que vigila de cerca la inflación, aunque los riesgos de que ésta se dispare están “ampliamente equilibrados”.
La preocupación del banco de Fráncfort se centra ahora en el crecimiento económico del conjunto de la Eurozona, que sufrirá las consecuencias de la caída del consumo y de la pérdida de confianza de los inversores. Unos factores que, según los expertos, hacen poco probable una subida de tipos en las próximas reuniones de trabajo del BCE.
En este sentido, el regulador bancario europeo ha recortado de forma drástica su estimación de crecimiento para los países de la moneda única. Desde el 1,9% que esperaba en junio para finales de este año, su pronóstico ha caído hasta el 1,6%. No obstante, lo peor está por venir, según sus cálculos. La Eurozona crecerá un 1,3% en el año 2012 frente al 1,7% que el gabinete de Trichet había pronosticado hace apenas tres meses.
Trichet ha elogiado las políticas de austeridad emprendidas por Italia. El banquero ha alabado el compromiso del país con lo anunciado; sin embargo ha negado que desde el regulador europeo se haya dictado ningún camino. “Hemos analizado la situación y la importancia de restaurar la solvencia”, ha dicho.
Esta petición la ha recogido también la OCDE en su informe global publicado hoy. La organización solicita a los gobiernos y, sobre todo, a los bancos centrales que tomen las medidas necesarias para evitar el frenazo económico, entre ellas la más destacada es la bajada de tipos. Queda ahora por ver si el BCE toma nota de esta advertencia.
