En concreto, el supervisor bursátil ha impuesto una sanción de 50.000 euros a la propia compañía y otra por un importe de 100.000 a su presidente, Carlos Fernández Gómez, por comunicar a medios de comunicación informaciones relevantes sobre su línea de negocio sin remitir notificación alguna a la CNMV allá por febrero de 2010. El dictamen final sobre esta infracción de las reglas de juego del mercado se ha hecho esperar y algunos gestores apuntan que no ha podido llegar en peor momento.
La catalana se acogió al preconcurso de acreedores el pasado 20 de abril, ahogada por su abultada deuda y carente de proyectos de futuro a pesar de los anunciados para Irak y Colombia, que nunca llegaron a materializarse. Ahora, tras dos meses en el dique seco del parqué, Fergo Aisa sólo cuenta ya con la mitad del tiempo disponible para alcanzar un acuerdo con sus acreedores que la salve de la declaración final de concurso. Una situación de la que ya escapó el año pasado gracias a un acuerdo ‘in extremis’ con la nacionalizada Catalunya Caixa.
Precisamente, la multa que ahora ha impuesto la CNMV a la inmobiliaria está vinculada con los proyectos que nunca han llegado y que han precipitado a Fergo al borde del abismo acreedor. En febrero de 2010, Fernández Gómez anunció a la agencia económica Reuters que “sólo faltan las firmas» para que la cotizada entrase en Libia y, después en Brasil y Arabia Saudí. Unas circunstancias de las que el supervisor no había sido informado y que provocó la suspensión de negociación del valor hasta que se aclaró que la cotizada esperaba hacerse con contratos por 1.500 millones de euros en el país magrebí a lo largo de cinco años.
La entrada en Libia nunca se produjo, por las revueltas que terminaron por derrocar el régimen de Muamar al-Gadafi, dicen los analistas más benévolos con el tradicional chicharro bursátil. Pero tampoco hubo desembarco en Brasil, ni en Arabia Saudí, ni en Colombia. En este país Latinoamericano, Fergo anunció hace solo unos meses un proyecto de construcción de viviendas sociales que por el momento no ha llegado a concretarse.
También el pasado marzo, el mismo Carlos Fernández que ahora ha sido multado por la CNMV anunciaba que pronto llegarían a la compañía varios contratos internacionales, y “todos de golpe”. Mientras tanto, la página web del grupo se limita a señalar, como desde hace meses, que la compañía “está trabajando en la consecución de diversos contratos que serán el inicio de la presencia internacional del grupo”.
En definitiva, destacan los expertos, pocas luces en un horizonte a corto plazo marcado por la vital negociación de la abultada deuda del grupo catalán. Unas conversaciones que, con la carga económica que hoy se ha impuesto al grupo, podrían ponerse aún más difíciles para sus gestores, que no han podido responder a las llamadas de este portal de forma inmediata.
Mientras se aclara el futuro de Fergo, sobre el que algunos foreros de la Red aventuran nuevas sanciones por las promesas a su juicio incumplidas de algunos de los directivos de la compañía, muchos inversores permanecen atrapados en unos títulos que desde enero hasta su suspensión cedieron un 83% de su valor a pesar de los frecuentes rebotes especulativos que acostumbraba a apuntarse.
