La crisis de Pescanova

Deloitte consigue el control de Pescanova tres meses después de su nombramiento

Instalaciones de Pescanova en Pontevedra

Tres meses. Ese es el tiempo que los de Deloitte han tardado en hacerse con el control efectivo de Pescanova desde su nombramiento como administradores concursales de la piscícola gallega. Con la dimisión del hasta ahora presidente, Manuel Fernández de Sousa, consiguen vía libre para establecer su propio calendario de trabajo en la maltrecha compañía.

Mientras los expertos de Deloitte siguen desenmarañando la red empresarial que compone aún hoy el grupo Pescanova, pueden comenzar por fin a pensar en cómo salvar la compañía. Hasta ahora, los impedimentos que el propio Sousa y su equipo de fieles habían puesto a la labor de la que fuera auditora de las cuenta de Bankia frenaban prácticamente cualquiera de sus iniciativas, según fuentes familiarizadas con la situación más reciente de la compañía.

En el mismo consejo de administración de urgencia celebrado ayer, en el que Sousa se rendía a la evidencia de unas cuentas artificiales, según ha demostrado la auditoría forense de KPMG, los de Deloitte conseguían sacar adelante una propuesta clave para asegurar el futuro de la pesquera gallega. Los administradores concursales han conseguido, por fin, vía libre para fichar “un asesor financiero que elabore un plan de viabilidad” informaba ayer un comunicado firmado por Santiago Hurtado, uno de los dos hombres designados por la consultora de origen británico para reflotar la compañía.

Las primeras especulaciones apuntan precisamente a KPMG como posibles encargados de este plan para salvar la quiebra efectiva y liquidación de la que Sousa sigue defendiendo: “Es una gran empresa”. Fuentes conocedoras de las primeras negociaciones con acreedores estiman una quita para los créditos concedidos a Pescanova no inferior al 50% en ningún caso. Un importante agujero para las entidades prestamistas ya que, según las últimas revelaciones forenses, la deuda del grupo ascendería a 3.281 millones de euros.

El calendario de trabajo para Hurtado y su colega Senén Touza -los dos hombres de Deloitte- pinta apretado este verano. El próximo 12 de septiembre se ha acordado convocar junta de accionistas. En la reunión, que tendría que haberse celebrado antes de fin de junio de haber seguido el curso normal de las cotizadas españolas, podría escogerse sustituto para Sousa en un papel más nominativo que ejecutivo, tal como dictaminaron los juzgados de Pontevedra. Además, los administradores nombrados a propuesta de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) podrían poder presentar las esperadas cuentas del ejercicio 2012 si su labor se desarrolla ahora con más facilidad.

Sousa, heredero del fundador de la compañía, ha defendido que en 37 años al frente de Pescanova “ha habido errores y aciertos” pero que en cualquier caso “lo que se ha hecho es conseguir que siguiera viva como está”. Sobre su dimisión, ha dicho que es “consecuencia de tener que asumir la responsabilidad de los errores, que todos tienen explicación, pero no dejan de serlo” si bien ha mostrado su falta de acuerdo con algunas de las conclusiones del informe de KPMG que le inculpaba de haber fomentado un continuado falseo de cuentas en una compañía que sigue suspendida de cotización.

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