Finanzas

Codere vuelve a dar la espalda a sus bonistas con su nuevo plan para evitar la quiebra

Codere

Codere vuelve a mover ficha para evitar el concurso que la acecha. Y una vez más desoye las exigencias de sus bonistas, a los que pide un nuevo aplazamiento de pagos. Codere quema un cartucho más para evitar su quiebra. Y una vez más desoye las exigencias de sus bonistas. La cotizada de los juegos de azar propone aplazar el pago de sus deudas hasta diciembre del año 2019 con intereses adicionales a cambio de que los dueños de sus papeles de deuda renuncien a su aspiración de convertirse en accionistas.

El consejo de administración de Codere ha remitido a sus bonistas una misiva en la que detalla los pormenores de esta nueva oferta, según informa Europa Press. En ella se concreta que la nueva hoja de ruta no requiere inyección de capital alguna, algo por lo que sí abogaban los inversores en bonos, y que permite a la compañía “refinanciarse a vencimiento o antes de vencimiento”, se explica.

En los términos presentados, la familia Martínez Sampedro se aseguraría perpetuarse al frente de la compañía en la dirección y el accionariado, del que hoy por hoy controlan cerca de un 64%. Un mapa que de procederse al canje de deuda por acciones como reclaman algunos acreedores cambiaría de forma radical, al punto de dejar a la saga de empresarios a una minoría significativa, pero minoría.

La carencia de más de cinco años que propone el grupo serviría para reestructurar su negocio y restaurar parte de la solvencia perdida en los últimos tiempos con el objetivo de hacer frente después a sus compromisos de una tacada. Al importe adeudado, se subraya, se sumarían los montantes relativos a los cupones que la compañía ha venido aplazando desde diciembre de 2013. En ocasiones acogiéndose a ciertas cláusulas de las emisiones y en otras incurriendo en situación de impagos.

Una alternativa más se recoge en la misiva: convertir los bonos actuales en otros de nueva emisión. Nunca en acciones. Se trataría de un nuevo tramo por un importe máximo de 250 millones de euros, con intereses pagaderos en efectivo al tipo del 8% anual y vencimiento el 30 de junio de 2019, y con una quita en la conversión del 50%, siempre según informa la agencia.

El plazo que los bonistas dieron a Codere para que aceptase su propuesta de inyección de capitales terminó ayer 26 de marzo. En su hoja de ruta apuntaban que si no se produce la entrada de capital que la directiva rechaza a toda costa, la cotizada “terminará en concurso (y muy probablemente en liquidación), lo que, sin lugar a dudas, destruirá valor” para todas las partes interesadas: acreedores comerciales y financieros, empleados y accionistas actuales.

Más información