Han pasado más de 50 años desde que el Bachillerato Internacional llegó a España, pero pocos son los que conocen esta modalidad de bachillerato. Cada vez más colegios buscan alternativas para formar a sus alumnos en un mundo cada vez más globalizado.
Una de las grandes alternativas al Bachillerato tradicional es el Bachillerato Internacional (IB), el cual se está haciendo un hueco en los colegios españoles y en el resto del mundo como medio para alcanzar la excelencia educativa. A día de hoy ya está implementado en más de 5.280 colegios en 158 países. Son muchos los padres e hijos que deciden apostar por proyectos más ambiciosos y que den un paso más allá de lo estrictamente académico.
A continuación, enumeraremos brevemente las ventajas de cursar el bachillerato internacional:
– Nuevas oportunidades y acceso a la universidad
Numerosos estudios realizados alrededor del mundo determinan que los estudiantes con el diploma del Bachillerato Internacional tienen una alta probabilidad de ingresar en una universidad de prestigio. Además, el diploma IB abre la puerta a los estudiantes de formarse en el extranjero, al existir una homologación internacional, garantizando que todos estén en igualdad de condiciones.
– Excelencia académica
El programa IB es mundialmente reconocido y su principal característica es la calidad, al tratarse de un sistema de enseñanza práctico, donde se estimula al alumno a cuestionarse las cosas, a investigar y profundizar en los conocimientos. Al reducirse el número de asignaturas al año, los alumnos consiguen indagar más en cada materia.
– Visión internacional
Aparte de potenciar el segundo o el tercer idioma, el Bachillerato Internacional otorga a los estudiantes una perspectiva global, ya que, a través de este tipo de enseñanza, los alumnos tienen acceso a otras culturas que les proporcionan un razonamiento más amplio.
– Conexión entre las asignaturas
En el programa de Bachillerato Internacional se crean puentes entre las diferentes materias; de esta forma no se aíslan unas de otras, creando entre ellas una conexión.
– Independencia del sistema educativo
El sistema del Bachillerato Internacional lo regula la OBI (Organización de Bachillerato Internacional), por tanto, queda exento de las regulaciones de los gobiernos autonómicos y permite mayor libertad en la formación de los alumnos.
– Más allá de lo académico
El objetivo del IB es tanto formar a grandes profesionales como a grandes personas. Es por ello que uno de los principales proyectos de esta formación sea el CAS (Creatividad, Acción y Servicio). En él se incentiva a los alumnos a aportar valor a la sociedad y no solo centrarse en el rigor académico. Estas acciones pueden ser voluntariado, recaudación de fondos para proyectos solidarios o metas personales que enriquezcan el carácter y la personalidad de los estudiantes.
– Tendencia
Desde su creación en 1968 en Suiza, el IB no ha parado de crecer con más de 4.000 colegios privados, públicos y concertados. Desde 2015 hasta 2019, la tasa de crecimiento ha sido del 20%.
El sistema del Bachillerato internacional es un sistema exigente para los estudiantes, ya que no sólo requiere demostrar una notable capacidad intelectual y un riguroso trabajo, sino que la finalidad es que los alumnos alcancen un mayor compromiso. La recompensa final culminará en triunfo, ya que se trata de una de las formaciones más prestigiosas del mundo.
